11/03/2024

En un año, el robo a personas en Bogotá aumentó un 64,9 por ciento

Las medidas de choque que la Policía y la Alcaldía vienen implementado para controlar la delincuencia que campea en Bogotá aún no arrojan resultados contundentes.

Si bien la tasa de homicidios bajó a cifras históricas, el pico de hurto a personas y al comercio sigue en un vertiginoso ascenso. Así lo revelan documentos que la Secretaría de Seguridad y la propia Alcaldía de Bogotá le remitieron al Congreso (el 4 de abril), en los cuales queda en evidencia el aumento en varios indicadores de impacto. En los informes, a los que EL TIEMPO tuvo acceso, los denominados “delitos de alto impacto” registran una curva creciente.

Las cifras más preocupantes son las de hurto a personas, realizados por bandas organizadas. Este delito, que golpea directamente al ciudadano, aumentó en un 64,9 por ciento. En efecto, en el 2016 se registraron 37.898 casos, mientras que en el 2017 se contabilizaron 62.502. Esto significa un aumento efectivo de 24.604 hechos delictivos de este tipo.

Si se mide por cada 100.000 habitantes, se saltó de una tasa de 470 casos en 2016 a 776 en 2017, un aumento significativo para una ciudad que, según Planeación Distrital, alcanza las 8’050.000 personas. Y la cifra puede ser mayor si se tiene en cuenta que muchos ciudadanos no denuncian. 

El hurto al comercio tampoco cede. Tuvo un aumento del 13,4 por ciento. En el 2016 se denunciaron 4.361 casos, mientras que en 2017 se llegó hasta los 4.944. Y este año han atacado 17 bancos, 9 más que en el 2017.

En este punto, la Alcaldía le explica al Congreso que el aumento en las cifras tiene, en su criterio, una explicación metodológica. Según argumenta, el llamado Sistema de Información Estadístico, Delincuencial, Contravencional y Operativo (Siedco) de la Policía ahora también contiene datos de la Fiscalía. Por eso –añade–, al tener más información desde el año 2016, e incluso desde el 2017, no resulta procedente comparar las cifras.

Al respecto, el experto en seguridad Hugo Acero respondió que el crecimiento de los hurtos no está en discusión, lo que demuestran con claridad recientes encuestas de victimización.

De hecho, explica que ahora actúan en Bogotá estructuras criminales más organizadas, como sucede con las mafias dedicadas al robo de celulares, Rolex, blindados, bicicletas y carros de alta gama: “El que se levanta con hambre no se roba una moto o un teléfono, porque no sabría qué hacer y por eso existen esas estructuras”.

Acero también cree que las cifras serían mayores si todas las víctimas denunciaran.
Zonas rojas en TransMilenio

La inseguridad en el sistema de transporte masivo de la capital –que mueve al día cerca de 4,5 millones de personas– tiene un capítulo aparte en los informes. Ya se han identificado zonas rojas.

El tema ha tomado mayor relevancia, pues solo durante el 2017 se registraron 1.909 personas capturadas por hurtos en TransMilenio que, en algunas ocasiones, dejaron pasajeros heridos con arma blanca.

Esa radiografía desembocó en la priorización de estaciones con “altos índices de inseguridad”, con lo que se busca recuperar la tranquilidad “de sus entornos”. Las estaciones más vulnerables son a la vez muy neurálgicas para la movilización de los capitalinos y registran los más altos flujos de pasajeros.

La estación de Ricaurte encabeza el listado con 101 casos de hurto a personas y 7 de lesiones personales
. La segunda es la de Patio Bonito, donde al primero febrero de este año hubo 106 delitos.

En orden de prioridad le siguen Las Aguas, donde se registraron 91 hurtos y 3 casos de lesiones personales; Avenida Jiménez, con 95 delitos reportados, y Portal de Suba, estación en la cual se presentaron 91 acciones delictivas y 41 casos de hurto de celulares.

“Esta priorización de puntos críticos es definida por los operadores (…) y usuarios del sistema”, precisan los documentos.

En el capítulo de robo a celulares, el Distrito señala que han recuperado 1.785 aparatos. Pero la cifra no es significativa si se analiza que hay un promedio de 1.000 denuncias de robo de estos aparatos cada mes. El año pasado fueron casi 12.000 casos.

La buena noticia es que se ha capturado a 136 personas vinculadas a este delito y se han impactado 7 de las grandes estructuras criminales que tienen disparado este flagelo.

La Policía tiene identificadas tres bandas transnacionales que actúan en Bogotá: ‘la Raza’, ‘los Viajeros’ y ‘Alta Gama’. 

Para contrarrestar la criminalidad, en la Secretaría de Seguridad se aumentó en 124.000 millones de pesos el presupuesto para proyectos de inversión: en 2016 disponía de 172.000 millones de pesos, y en 2017 subió a 295.648 millones. Y para 2018, esta secretaría tiene un presupuesto general de 544.000 millones de pesos.

En todo caso, esto no ha servido para cubrir un gran déficit. La Alcaldía de Enrique Peñalosa se queja de que la ciudad tiene uno de los índices más bajos de policías por cada 100.000 habitantes. 

“Para llegar a la media nacional de 350 policías por cada 100.000 habitantes, Bogotá requiere la incorporación de 9.000 policías nuevos en la Policía Metropolitana”, precisa uno de los documentos en poder de este diario. Claro está que se reconoce la disposición del Gobierno de vincular 650 uniformados nuevos en 2018.

También se busca aumentar las cámaras de seguridad. Hoy hay 1.613, pero solo sirven 1.491. Las 122 restantes están en fase de adecuación o no sirven.

Las localidades de Kennedy (199), Rafael Uribe Uribe (180) y Chapinero (152) son las tres que más tienen de estos aparatos de vigilancia. Y la proyección del es culminar 2018 con 2.691 cámaras instaladas y en pleno funcionamiento en toda la ciudad.

Frentes civiles

El informe no hace mención de otro mecanismo de seguridad que está tomando fuerza: los llamados frentes civiles.

El caso de Adriana Sobrero, la mujer que quedó cuadripléjica tras recibir un impacto de bala durante el robo de su camioneta blindada, llevó a los vecinos de El Chicó a organizarse. Se unieron para pagarle a una firma de seguridad que patrulla sus calles. Se hacen llamar Frente 12.

La Secretaría de Seguridad dice desconocer estas iniciativas y advierte que los patrullajes solo los debe realizar la Policía. Añade que no tiene solicitudes para conformarlos y que respalda solo los frentes coordinados por la Policía.

Este tipo de patrullajes pueden desencadenar en violencia. En Bosa son los mismos vecinos los que patrullan con palos

Pero Hugo Acero aseguró que frentes similares funcionan en Bosa y en Bosque Calderón. “Este tipo de patrullajes pueden desencadenar en violencia. En Bosa son los mismos vecinos los que patrullan con palos”, explicó el experto.

El informe cierra con cifras sobre los golpes a estructuras criminales de hurto de residencias: se han desarticulado 15 bandas y hay 56 capturas.El reto es reducir el delito en todas sus expresiones antes del cambio de gobierno, en 2019.

Caída en índices de homicidio

Un hecho significativo para la seguridad de Bogotá es sin duda la reducción de un 10,4 % en los homicidios. De hecho, el prestigioso semanario inglés ‘The Economist’ lo resaltó. De acuerdo con el Distrito, en 2016 se registraron 1.265 crímenes, mientras que en 2017 la cifra bajó a 1.133; esto se traduce en que 132 vidas se salvaron.

En otro reporte oficial de la Secretaría de Seguridad –hecho público hace pocas semanas– se revela que, entre enero y febrero de este año se registró el asesinato de 152 hombres y 17 mujeres, siendo las localidades de Ciudad Bolívar y Kennedy las más golpeadas por este fenómeno. Pero en los sectores de la Candelaria y Sumapaz no se registró ningún hecho de esta naturaleza en el mismo periodo.

“Seguimos avanzando en la protección de la vida en Bogotá”, aseguró el alcalde de la capital, Enrique Peñalosa, al destacar la buena noticia de la reducción en los índices de homicidios gracias a medidas de su administración.

Fuente: El Tiempo