Hay encuestas que muestran a Duque con el 40 % de intención de voto. Lo sigue Petro. Fajardo se desinfla y Vargas Lleras no despega. ¿Cómo ve el panorama?
Somos escépticos con las encuestas. Creemos que es imposible que una dé más del 100 % o que una persona, en pocos días, pase del 6 al 40 %. La gran encuesta es la de mayo, entretanto, como los campesinos, el que siembra cosecha, y estamos recorriendo el país hablando con la gente, hablando de sus derechos. Por eso vamos hasta el final.
¿No será que las elecciones de marzo ayudaron a Duque en ese repunte?
Creo que obtuvo lo de Uribe, que además se ha desinflado, pero también lo de una lista abierta, que implica que todos ponen votos. Uribe logró que Vargas Lleras apoyara a su candidato y eso lo perjudicó porque infló a Duque y él bajó.
Entonces, ¿se van solos a primera vuelta o harán una alianza?
Vamos hasta el final. Tenemos una alianza por el pueblo y por los derechos, que es la que no ha planteado ninguno. Lo importante es que la gente conozca qué han hecho los candidatos por sus derechos, porque, como decía José Martí, la mejor manera de decir es hacer. En mi caso, puedo decirles a las víctimas de la violencia que como magistrado de la Corte Constitucional ayudé a darles derechos. Cuando les digo a los pensionados que les voy a ayudar, me creen porque desde la Corte dije que no era posible que una persona con derecho a pensión sea lanzada a la calle, sino que automáticamente tienen que incluirla en la nómina. Eso les alivió la vida a dos millones de pensionados en Colombia. La diferencia hoy no es ni izquierda ni derecha ni centro, sino derechos.
Por ejemplo, quien abrió el camino de la paz fue Piedad Córdoba. Gustavo Petro habló de la guerra, Rafael Pardo habló de la guerra, ni se diga de Uribe y Juan Manuel Santos. Cuando nadie daba un peso por la paz, Piedad Córdoba tuvo la valentía de ir hasta la Colombia que nadie conoce para abrirle el camino al acuerdo humanitario. Lo hizo porque pertenecía a la Comisión de Paz del Congreso, pero además por su drama personal, porque fue secuestrada. Sabía que no sólo ella debía liberarse del secuestro sino el resto de colombianos.
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¿Por qué cree que Piedad Córdoba tiene una imagen que genera mucha resistencia en el colombiano promedio?
Piedad, que abrió el camino a la paz, se quedó con el sambenito de que era guerrillera de las Farc, cuando nunca lo ha sido. Ella tenía que buscar la paz por imposición de la Constitución, como presidenta de la Comisión de Paz, porque la paz es un deber. Tenía que buscarla en la selva porque allí estaban los secuestrados. Le tocaba hablar con los secuestradores. Pero nunca ha sido una mujer armada porque, como demócrata, sabe que nos diferenciamos de los extremos en la manera como dirimimos los conflictos. La gente de extrema derecha o extrema izquierda considera que la única manera de relacionarse con el que piensa distinto es atacarlo o desaparecerlo. El método de los demócratas es el diálogo.
¿Y el tema de Venezuela?
Piedad tiene claro que Colombia en un Estado que tiene constitucionalizadas sus relaciones internacionales. Piedad y yo queremos ser presidenta y vicepresidente, y lo primero que tenemos que hacer es acatar la Constitución, y ésta dice que en materia de relaciones internacionales hay un principio de soberanía, es decir, que tendremos relaciones con todos en condiciones de igualdad. Y está el principio de autodeterminación de los pueblos. Hoy en día un Estado debe respetar el régimen político de otro. A mí de pronto no me simpatiza Trump, pero quien tiene que decidir si él continúa en el poder o no es el pueblo estadounidense. El otro principio es la integración latinoamericana. Eso lo deben cumplir todos los presidentes de Colombia.
¿Esa estigmatización es la que ha hecho que no logre despegar?
No creemos en las encuestas, pero las miramos. Hay encuestas en donde Piedad ya tiene el 5 %. No es como la presentan ciertas mediciones. Todos sabemos que hay grupos económicos que tienen candidatos que los favorecen, y entendemos que Piedad y yo no somos esos candidatos.
¿Dónde está el capital político de Piedad Córdoba?
Yo le dije que había que hacer algo distinto al resto de candidatos. Hay quienes usan el medio de comunicación para enviar un mensaje, pero quien oyó el mensaje no cuenta. Por eso salimos a recoger firmas, no sólo para contar lo que pensamos sino para saber cómo están viviendo los colombianos. Quien vive un problema es quien está más cerca de solucionarlo, entonces, cuando uno habla con la gente se entera de problemas que no registran los medios y ahí mismo les preguntamos qué se puede hacer.
Pero a veces es necesaria una dosis de pragmatismo. Fajardo y De la Calle se acercan. ¿Han pensado en llegar a ese diálogo?
Nosotros tenemos un pacto por los derechos de la gente. Si ellos quieren respaldar ese pacto, que vengan y hagan un círculo alrededor de la candidatura de Piedad. Que venga Petro, si de verdad quiere defender los derechos de los colombianos.
Pero ¿qué posibilidad hay de eso?
Las puertas están abiertas. La condición es simple. Piedad y yo hemos sido coherentes. Nosotros no somos responsables de que se haya elegido a un procurador que era enemigo de los derechos de quienes tenían preferencias sexuales distintas y enemigo de los derechos de las mujeres. Ni Piedad ni yo estuvimos en la decisión de la reelección de Uribe, pero hay candidatos que votaron la ley estatutaria para esa reelección. Si el voto de Yidis Medina fue fundamental para el acto legislativo, el de Gustavo Petro también lo fue para que pasara la estatutaria que permitió la reelección. Petro está contra Uribe, pero no dice que es responsable de que los colombianos nos hubiéramos tenido que aguantar cuatro años más de él y a Ordóñez.
¿Habrá presidente en primera vuelta?
No. Uribe dejó de ser un gran elector y Duque, fuera de ser un amanuense de él, no tiene nada que mostrar. Creemos que hay segunda vuelta.
Hay sectores, incluso de la izquierda, que dan por hecho que Duque será el presidente…
Yo soy kantiano. Creo que el hombre puede tomar su destino con sus propias manos. Nada está escrito. Parte de la perversidad de las encuestas es que han querido quitarle la esperanza a la gente. Nosotros defendemos el derecho a la esperanza y el derecho a la felicidad de los colombianos. Creemos que las personas pueden decidir su destino. Gandhi nos mostró que, sin disparar un tiro, se pueden derrotar los imperios más grandes, simplemente desobedeciendo. Lo más positivo de la democracia es que el voto del presidente de la República no vale más que el del portero de Palacio.
¿Por qué es tan difícil unir a la izquierda?
La derecha tiene un instinto de clase más desarrollado y sus intereses más claros. Usted me habla de izquierda y eso incluye la falsa izquierda, que son aquellos que hacen las mismas propuestas de la derecha. En el Foro Económico de Cartagena todos dijeron lo mismo. Lo que proponen Trump y la derecha europea es que los empresarios no paguen impuestos, y uno no entiende cómo los que se dicen de izquierda hacen la misma propuesta. Eso es de derecha en donde se haga.
Nosotros tenemos otra concepción del Estado. La empresa privada tiene derechos, pero con responsabilidad social. Creemos que el Estado tiene que intervenir en la economía porque, si no lo hace, cómo controlamos la contaminación del medio ambiente. Tenemos propuestas distintas a las de esa falsa izquierda. No sé si usted sea de izquierda votando por la reelección de Uribe y por un procurador enemigo de los derechos humanos y defendiendo el paramilitarismo en público, pero reuniéndose con ellos en privado. Y nosotros no decimos que somos de izquierda, decimos que somos demócratas.
Lo veo muy en contra de Gustavo Petro…
No, yo estoy en contra de todos y por eso no voy con ninguno. Si usted me lo pregunta, Gustavo Petro no es de izquierda. Así de simple. Sus actos lo demuestran. Yo no puedo decir que un candidato que ha votado por la derecha, que salió del Polo —lo dice Robledo— a hacer un pacto con Juan Manuel Santos, pueda ser de izquierda. Tenemos que separar el oro de la escoria y hay que tener claro que muchos de los que hablan de izquierda son una falsa izquierda.
¿No se van con nadie ni en segunda vuelta?
Ninguno de los candidatos está en un pacto con el pueblo como nosotros, entonces es mejor ir solos hasta el final. Piedad y yo tenemos una idea y es que este proyecto no es para unas elecciones sino para un lustro o diez años. En todo caso, la lucha por los derechos es justa.
Fuente: El Espectador
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